Algunos expertos defienden que estos mecanismos financieros pueden contribuir a una gestión más eficiente, pero también se considera un sinsentido permitir que se especule con este recurso.

El agua cotiza en el mercado de futuros de Wall Street como ocurre con el petróleo o el trigo, en base al índice Nasdaq Veles California Water (NQH2O). Algunos expertos defienden que, si se utiliza bien, este mecanismo financiero puede ayudar a conseguir un uso más eficiente del agua. Pero también se considera un sinsentido dejar que se especule con este recurso tan sensible para la vida en el planeta. Aquí respondemos a algunas preguntas para intentar explicar qué significa realmente este paso dado en EE UU:

En casi la totalidad del planeta, las leyes consideran el agua como un bien común de dominio público. No obstante, es posible otorgar derechos de uso de esa agua a través de concesiones o licencias administrativas (ya sea para utilizarla o para realizar vertidos en ella). Lo que ha empezado a cotizar en Wall Street no es el agua en sí misma, sino los derechos de uso. “Esto siempre ha funcionado de manera informal en todos los lugares del mundo con sistema de riego. En buena parte de los Estados del oeste de EE UU, con climas muy secos con un alto riesgo de sequía, se han desarrollado mercados para realizar transacciones de este tipo, como el de California. “Cuando se genera un derecho de uso y aprovechamiento de agua, está por un lado lo que podríamos llamar la vía del recurso natural, la más importante, el agua que permite mantener caudales ecológicos, recargar acuíferos, abastecer ciudades como Los Ángeles, regar campos de cultivo… Y, por otro, hay una vía que es estrictamente financiera: se ha generado un título, que se convierte en un activo financiero”.

Así, puede haber, por ejemplo, agricultores que quieran intercambiar derechos de uso para tener agua con la que regar sus cosechas, pero también otros actores que lo que busquen sea ganar dinero con esos activos financieros.

De qué forma puede ayudar esto a gestionar de forma más eficiente el agua?

“En teoría, de esta forma lo que estás haciendo es generar incentivos para que la gente sea más eficiente porque los derechos excedentarios de agua los puede llevar al mercado. “Además, esto sirve para garantizar que el agua que haya disponible llegue a priori dónde se necesita y conseguir liquidez en este mercado que eventualmente pueden financiar inversiones de mejora, orientadas a la conservación del recurso”. Para este economista que asesora a Naciones Unidas, la Comisión Europea o el Banco Mundial, “estos mercados de derechos pueden ser una herramienta de conservación, si se utilizan bien, lo que no siempre ocurre”. Como detalla, si bien el modelo de mercados de EE UU incluye más cautelas, hay casos mucho más controvertidos en Australia y Chile, donde se ha priorizado el desarrollo agrícola por encima de objetivos ambientales, otorgando en ocasiones derechos gratuitos y a perpetuidad para garantizar seguridad jurídica a los regantes. Ha ocurrido hasta niveles absurdos.  “en el valle de Copiapó en el norte de Chile se entregaron más derechos de uso que el agua efectivamente disponible en la cuenca”.