Las consecuencias de la pandemia y cambios en el sector financiero despojan a la calle neoyorquina de su tradicional bullicio, dejando un paisaje de oficinas vacantes y comercios luchando por sobrevivir

En un giro histórico para el sector financiero de Estados Unidos, JPMorgan Chase, el banco más grande de Estados Unidos y una de las mayores empresas financieras del mundo, ha cerrado su última sucursal en Wall Street, lo que marca el fin de más de un siglo y medio de presencia física en la icónica calle que alguna vez fue sinónimo del poder económico estadounidense, así lo informó The Wall Street Journal.

Este acontecimiento subraya una transformación profunda en el distrito financiero de Nueva York, donde la digitalización y eventos significativos como los ataques del 11 de septiembre y la pandemia de Covid-19 han acelerado el éxodo de instituciones financieras hacia ubicaciones más modernas y espaciosas en Manhattan y otras áreas.

Wall Street, conocida mundialmente como el corazón de la industria financiera, ha experimentado una notable disminución en la presencia física de bancos y corredurías, dejando atrás edificios históricos y transformando la calle en un símbolo más que una central operativa de finanzas. Según John Santora, presidente de las operaciones de Nueva York del corredor de bienes raíces Cushman & Wakefield, la ocupación de los bancos en Wall Street ha disminuido drásticamente, pasando de 5 millones de pies cuadrados (aproximadamente 464,515 metros cuadrados) a solo un par de cientos de miles de pies cuadrados desde el año 2000.

La mudanza de JPMorgan del 45 de Wall Street a una ubicación a varias cuadras de distancia resalta este cambio hacia modernización y eficiencia en el sector bancario. Sarah Roselli, directora de mercado de Chase para el Distrito Financiero de Nueva York, comentó sobre la necesidad de adaptarse a nuevos espacios que reflejen las demandas actuales. Mientras tanto, instituciones como Bank of America y Toronto-Dominion mantienen su presencia en la zona,